Las puertas de un nuevo comienzo se abren ante nosotros, sin saber que hacer, pues no elegimos esto pero esta con nosotros y es parte del resto de nuestras vidas, y nos acompañara sin haber preguntado.
La misma enceraba un gran número de incertidumbre, angustia, dolor, pero sobre todo fortaleza y ganas de salir delante de superar las pruebas que estaban del otro lado, las que no se asomaron hasta que la cerradura fue abierta.
No siempre logramos ver la belleza de las cosas a primera vista, en ocasiones hay que ver más de una vez para darnos cuenta de lo que se encontraba enfrente de nuestros ojos. Hoy mis ojos están abiertos como las puertas de mi corazón y puedo ver lo que antes no, lo que no quise ver hoy lo puedo ver.
No le puedo exigir a nadie y mucho menos decir a ninguna persona que a la primera me acepte pues no sucederá, pero puedo hacerles ver que todos tenemos cosas que mostrar que detrás de esas caretas que ocultan nuestros ser, que al abrir las puertas de nuestra alma y de nuestra mente, nos pueden conocer realmente.
En un cuarto oscuro con docenas de puertas que se encontraban, encerrada bajo llave, alguien pudo ver lo hermoso, lo delicado y lo fuerte de una simple flor que a pesar de todo sobrevivió, creció y floreció, muchos se encuentran encerrados en ese cuarto pero pocos son los que logran encontrar la llave que los libre a pesar de estar frene a ellos la llave que abren aquellas puertas y que los llevan a un lugar mejor.
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